Etiología como base de tratamientos de casos de mastitis 

MC. Mariana Barragán Arrañaga 

Celtic Holland División México S.A. de C.V.

La mastitis es una enfermedad que se define como una inflamación de la glándula mamaria, causada comúnmente por infección intramamaria por un patógeno y menos frecuente por alergia o neoplasmas (Menzies y Ramanoon, 2001). En el ganado lechero, la mastitis puede ser controlada de dos formas: 1) disminuyendo la incidencia o 2) eliminando los casos existentes en el hato. Es por esto que debemos tomar decisiones al enfrentarnos a esta ya “común” infección. La identificación del patógeno que causa la mastitis en nuestras vacas es de gran ayuda para su control. Algunos de estos microorganismos causales de la mastitis son infecciosos y otros no. Un estudio realizado por Lago et al. (2014), demostró que los tratamientos actuales para el control de la mastitis son más exitosos en microorganismos gram+ que en gram-. 

Los patógenos principalmente asociados con mastitis contagiosa son Mycoplasma sp., Streptococcus agalactiae y Staphylococcus aureus. Generalmente estos se transmiten de una vaca a otra durante la ordeña, por lo que se han implementado prácticas de higiene durante la ordeña, como lo es el sellado del pezón y secado de las vacas, está práctica ha sido exitosa ya que elimina la presencia de Streptococcus agalactiae, que es exclusiva del ordeño, ya que diferentes estudios concluyen que esta bacteria solo es posible encontrarla en la ubre. La mastisis no contagiosa es dividida en dos grupos: ambientales, que como su nombre lo indica viven en el medio ambiente y/o principalmente en materia fecal (Escherichia coli, Klebsiella sp., S. dysgalactiae). El otro grupo es el de los oportunistas, que se encuentran principalmente en la piel (pezón) y cuando se presenta la oportunidad se introducen a la glándula mamaria provocando infección. Los dos tipos de patógenos son causantes de mastitis clínica y subclínica. 

En los Estados Unidos, la dimensión de la mayoría de los hatos es muy grande por lo tanto la diseminación de los microorganismos que producen la mastitis es más alta, debido a que constantemente están en procesos de expansión y la compra de animales procedentes de otros hatos, por lo que se introducen cepas distintas de patógenos contagiosos. Por otra parte entre más grande sea el tamaño del hato se hace más difícil la detección de los animales afectados y diferenciar la cepa de la que está contaminada la/las vaca/s. Sin embargo, las medidas de prevención para el control de la mastitis contagiosa han sido altamente efectivas que han logrado eliminar Streptococcus agalactiae y aunque no por completo, los casos de mastitis por Mycoplasma sp., son raros y la prevalencia de Staphylococcus aureus está por debajo del 50% (APHIS, 2007).

En el caso de Mycoplasma sp., es altamente transmisible y produce un bloqueo de la secreción de leche en el cuarto afectado. La segregación de los animales contagiados de mastitis por este patógeno ha sido una medida para controlar la diseminación de este por todo el hato. 

En ciertos casos de vacas con mastitis donde el patógeno es altamente virulento y contagioso el desecho inmediato del animal es la mejor opción. 

Mastitis no contagiosa

Los patógenos que se encuentran en el medio ambiente siempre son una constante amenaza para los animales. En el ganado lechero, la función y el tipo de la cama del corral, las condiciones climáticas y del alojamiento, el número de animales por corral y la frecuencia con la que se limpieza son factores que facilitaran el desarrollo de brotes de mastitis. El periodo en el que mayor número de animales son afectados por este tipo de mastitis es durante el periodo seco, transición, final de leche e inicio de calostrogénesis. La susceptibilidad aumenta en la fase temprana del posparto. Por lo que la incidencia de mastitis ambiental disminuye a medida que la lactancia avanza. 

Importancia de la identificación de patógenos en ganado lechero

La importancia de conocer que patógeno es el causante de la mastitis en el ganado lechero sirve para formularnos dos preguntas claves: ¿La información obtenida se usará para la toma de decisiones en tratamientos? O ¿Esta información nos ayudará a mejorar las medidas de prevención?. En Estados Unidos la metodología para monitorear el estatus de mastitis del hato es muestrear semanalmente el tanque de recolección de leche, así detectan la presencia de mastitis en el hato. En caso de ser positivo el muestreo de leche en grupos de vacas cada vez es más reducido hasta el muestreo individual e identificar el animal infectado. 

Un estudio impactante del valor que tienen las buenas prácticas de manejo e higiene y el implemento de tecnologías para detección y control de mastitis, es el ocurrido en Nepal. Durante seis meses se capacitó al personal trabajador y a los ganaderos de una región al medio oeste del país y los resultados fueron magníficos: una reducción de la prevalencia de mastitis subclínica del 55% de vacas lecheras afectadas al 28% y en búfalas una reducción del 78% a 18%. Los resultados fueron tan buenos que hoy en día Nepal está en búsqueda de nuevas alternativas y replicando lo echo en países como Estados Unidos para mantener porcentajes bajos en sus rebaños.