Influencia de las condiciones climáticas en el desarrollo y salud de las becerras

MC. Mariana Barragán Arrañaga 

Celtic Holland División México S.A. de C.V.

La termorregulación es la capacidad de los animales homeotérmicos para mantener su temperatura corporal dentro de un cierto rango a pesar de estar expuestos a diferentes temperaturas ambientales. La temperatura central fisiológica se mantiene mediante la generación de calor metabólico y el intercambio de calor con el medio ambiente. Los animales son capaces de adaptarse al clima adverso mediante la aclimatación y adaptación. Las condiciones climáticas extremas que no pueden ser compensadas por mecanismos termorreguladores resultan en estrés térmico y  tiene un efecto negativo en el bienestar animal, aparte de causar pérdidas económicas directas en forma de mortalidad y morbilidad, y costos indirectos causados ​​por la reducción de la ganancia de peso, el rendimiento y la supervivencia a largo plazo. Debido a que algunas subespecies y razas se adaptan mejor a un clima cálido, se han realizado esfuerzos para crear cruces resistentes al calor y de alto rendimiento, pero con resultados variables, ya que jugamos contra el factor del clima, condiciones del establo o rancho y el manejo que han tenido los animales. Mientras que algunos sistemas de alojamiento principalmente logran proporcionar confort térmico a las becerras, otros problemas, como la mala calidad del aire, pueden surgir de su uso. Un ejemplo es el estudio realizado en el 2012 por Wójcik et al. Donde encontraron qué la incidencia de enfermedades respiratorias tiende a ser mayor en animales criados en establos ventilados mecánicamente que en lo que son alojados con ventilación natural o en recintos al aire libre. 

Termorregulación 

Los animales homeotérmicos mantienen su temperatura corporal casi constante ya que generan calor metabólico e intercambian calor continuamente con el medio ambiente. La tasa de intercambio de calor depende del entorno climático y los mecanismos de termorregulación de un animal. La termorregulación involucra mecanismos fisiológicos, morfológicos y conductuales. El balance de calor de un animal está compuesto por el calor producido por la actividad metabólica y muscular, así como por los intercambios de calor con el medio ambiente. La ingesta de calostro también contribuye a la generación de calor, además de que cuando el animal está sano son físicamente más activos, lo cual aumenta la producción de calor. Sin embargo, las becerras recién nacidas son propensas a la pérdida de calor en condiciones de frío debido a su baja relación superficie/masa y ellas no pueden depender de la producción de calor por fermentación ruminal. En becerras distociales, los mecanismos de generación de calor a menudo se ven afectados. La vasoconstricción inhibida y los temblores musculares y la actividad reducida dan como resultado una menor tolerancia al frío. La termogénesis en animales distociales es hasta un 36% menor que en animales eutociales. Por lo tanto, las becerras enfermas o débiles deben estar en áreas secas y sin corriente de aire. Además, las lámparas de infrarrojos se pueden utilizar para proporcionar un microclima cálido. Borderas et al. (2009) instalaron lámparas de calor infrarrojas en corrales para becerras en un establo con ventilación natural durante el invierno y estudiaron las preferencias de temperatura de las becerras recién nacidas. Ellas pasaron más tiempo bajo las lámparas de calor que en otras áreas del corral. Las mayores buscaban las lámparas de calor con más frecuencia, lo que indica una mejor capacidad de termorregulación al elegir activamente lugares cálidos con el aumento de la edad. 

Zona termoneutral 

La zona termoneutra (ZTN) es el rango de temperaturas ambientales en las que la producción de calor de un individuo es independiente de la temperatura ambiental. La ZTN se puede dividir en subzonas, por ejemplo, la zona de bienestar térmico y las zonas en las que se produce una activación moderada de los mecanismos termorreguladores. Si la temperatura ambiente cae por debajo de la temperatura crítica más baja (Tcb), la tasa de producción de calor metabólico aumenta para mantener el equilibrio térmico. Si la temperatura ambiente excede la temperatura crítica superior (Tcs), el calor se disipa mediante la pérdida de calor sensible y la evaporación. Si la tensión térmica del animal es demasiado alta y la temperatura corporal sigue subiendo (o bajando) a pesar de la activación de todos los posibles mecanismos termorreguladores, se produce hipertermia (o hipotermia. 

Aclimatación y adaptación

La aclimatación describe el cambio en el fenotipo por el cual los individuos se ajustan a la exposición a varios factores ambientales estresantes. La adaptación describe el cambio permanente en el genotipo de una población en respuesta a las condiciones ambientales. La aclimatación incluye respuestas endocrinas, celulares y metabólicas. Los ejemplos de aclimatación estacional incluyen el grosor del pelaje, la deposición de grasa o un mayor consumo de alimento. Con el estrés climático, la aclimatación lleva días o semanas y se logra por completo cuando la temperatura corporal vuelve al nivel previo al estrés. A nivel endocrino, se produce una disminución de los niveles de hormona tiroidea en respuesta a la aclimatación al calor. La tasa metabólica y la producción de calor aumentan con el clima frío y disminuyen con el clima cálido. Las temperaturas críticas y la ZTN cambian durante la aclimatación. 

Estrés térmico 

Se define como un cambio en el ambiente térmico que provoca un cambio en la temperatura corporal que no es compensado por los mecanismos termorreguladores. La desviación de la temperatura corporal y la activación de la temperatura corporal y la activación de los órganos efectores termorreguladores causada por el estrés térmico se definen como deformación térmica. La tensión térmica no compensada en las becerras puede provocar híper o hipotermia y, en casos extremos insolación, lesiones por congelación o muerte. A menudo utilizamos la temperatura para determinar el estrés térmico, pero tenemos otras herramientas para su diagnóstico, por ejemplo la alta radiación solar o humedad, la velocidad del viento o las precipitaciones. 

Estrés frío y generación de calor

Las respuestas termorreguladoras para la generación de calor incluyen escalofríos y termogénesis sin escalofríos. Los mecanismos de producción de calor sin escalofríos incluyen un aumento de la tasa metabólica, piloerección y vasoconstricción. La piloerección da como resultado una profundidad casi doble del pelaje. Las respuestas conductuales a las temperaturas ambientales frías incluyen buscar refugio, mayor locomoción, postura y apiñamiento. Después del nacimiento, las becerras muestran una disminución inicial de la temperatura corporal causada por la evaporación del pelo húmedo, seguido de un aumento de la temperatura corporal después de que el pelo se haya secado. Diferentes investigaciones se han hecho a lo largo del tiempo teniendo como resultado:

  • Las becerras recién nacidas durante condiciones climáticas frías (<10 ° C), húmedas y ventosas tienen temperaturas rectales más bajas y tardan más en recuperarse que las becerras nacidas durante un clima cálido y seco. 
  • Las condiciones de alojamiento frías (−8 a −30 ° C) se asocian con temperaturas rectales y frecuencias respiratorias más bajas y frecuencias cardíacas más altas en las becerras.
  • Menor ganancia diaria de peso, ingesta de agua, temperatura rectal y frecuencia respiratoria, así como un aumento del 32% en el requerimiento de energía de mantenimiento para becerras criadas a temperaturas por debajo de los 0° C.
  • En becerras recién nacidas experimentalmente estresadas​por el frío, se observaron depresión general, temblores musculares y relajación, así como una absorción retardada de inmunoglobulinas calostrales. 
  • La función digestiva se suprime bajo estrés por frío.